Camino

Estoy metido en mis pensamientos, cuando me doy cuenta que estoy rodeado por una calle oscura un par de farolas, es muy pronto o muy tarde no se sabe, acurrucado por el silencio me dejo debatir entre mi lado infantil y más tonto o mi lado racional y pudoroso. Es obvio, siempre gana la estupidez, me dejo llevar por una oleada de movimientos espasmódicos que a mis ojos son los movimientos que describen mis sentimientos, como tentáculos oscilantes del alma que intentan expresar su excitación. Salto, grito lloro por dentro de alegría, me siento como una vaso con agua y aceite, el aceite es tan denso como la carga que soporta mi tormento, el agua limpia y cristalina como mi éxtasis , me lleno de agua y consigo que derramen todas mis penas y pesares. Exploto de emoción una sonrisa tras otra, una figura danzante eufórica.

Se oye un ruido, un coche va a pasar cerca de mí y aunque no quiero mi cerebro vuelve a colocarse en el sitio que le corresponde y me incorporo. Pasa el coche, pero esa sensación ya no vuelve, bella, efímera y frágil. Ya parece que parte de mi ser ha quedado escondido en mi sombra, esperando a la soledad para volver a salir.