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domingo, 20 de octubre de 2013

La noche hace tiempo que ha cedido, todos sucumben los encantos de la luz tornasolada de las farolas reflejadas en las pupilas de parejas expectantes y deseosas. Ya vuelvo a casa, no se cuanto tiempo ha pasado, quizás una hora, más , menos; el caso es que me es indiferente, bajo las calles sumido en mis más profundos pensamientos. Aún acarreo conmigo la respiración acelerada, pensamientos tan fugaces que hace que dude si todo lo sucedido ha sido producto de mi imaginación o de verdad sucede, la única prueba que llevo conmigo es que aún se conserva en mi pecho el aroma de su perfume, aún así sigue siendo tan etéreo que es difícil de decir. Quizás mis propios buceos de lo que ha sucedido esta noche me hacen querer rememorar su olor, la respiración forzada por deseos por satisfacer. Complejos pensamientos cuando no puedes si no rememorar y recordar con la esperanza de que algún día, que algún día... . Llega mi autobús debo cogerlo para poder llegar a casa y dormir, es posible que al despertar , si lo sigo recordando pueda asegurar con certeza que haya sido verdad.