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viernes, 30 de noviembre de 2012

Ángel Oscuro


Ángel Oscuro
Triste poema de un alma abatida,
Corre con pena, corre perdida.
La ironía carga sobre mis hombros
Como el peso de las lágrimas que no consigo derramar.

Tantos pesares, tantas angustias, no han hecho sino endureces la coraza con la que brillo en el mundo. Tan marmórea ha quedado, tan dura, tan fría, que las lágrimas que debía haber llorado al final se han congelado.
¿Es justo poder pretender ser su perfecta alma, y sin embargo, cual erizo, cuanto mas me acerca mas me hiero y cuanto mas me alejo mas me hiero?¿Cuál sino otra solución me queda que vagar entre los dos mundos?

Entre el dolor y la esperanza la línea se difumina, cual Ícaro forcé tanto mis deseos que acabé cayendo al yermo infierno terrenal.
Los minutos se hacen años, el dolor no pasa en vano, quizá no es pena, quizá es simplemente una sombra que siempre me ha perseguido, una maldición por las espinas que me rodean.
Pero,¿Quién soy yo?¿La presa o el rosal, el oso o el panal? Lágrimas heladas que en los ojos se han quedado, difuminan mi visión, me atormentan, hacen que me estremezca, que en esta fría cueva que poco a poco se cierra, vaya notando como los pasos de un niño siempre optimista,, siempre alegre, se vayan alejando como viento de poniente.
¿A eso quedan reducidas mis esperanzas?, siempre pensamos que somos los únicos, pero a la espalda de esta pétrea coraza  sigue habiendo carne expuesta. Me dirijo a rastras, hacia un camino espinoso, no puedo, no debo, no quiero elegir otro. Si confié mi alma, mi destino y mis sensaciones, y ese guardián ha decidido mas sino aplastarlo como cucaracha que trepa por su brazo. ¿Que opción tengo sino que sufrir y vagar solo por este eterno espino de lágrimas.
Los vientos susurran, a mis ojos, tan dura y poderosa, independiente y rencorosa, le han doblado cual brizna de hierba, como pez arrastrado por la corriente, pero aún así, ¿No es sino la decisión del topo excavar o salir?
¿Cómo saber yo si lo que quieres es mi sufrir? ¿Tan insensible es la dueña de mi corazón, que juega con sus dedos como dios griego desde lo lejos?
No os voy sino a mostrar la verdad, una vez sabida camino compartiréis  de entre las bestias y las sombras, sus palabras quemarán.
No solo mi Átropos, querida y  temida es la única con semejante poder destructora, cualquiera que se desprenda de su corazón se aventura a vagar en los desiertos del sufrimiento, hasta que se presente ha ofreceros un regalo; si habéis obrado tal y como vuestra ama ha dictado recibiréis un grato trago de vino, dulce y amargo, pero ciega tu mente y no te deja ver las maldades de la vida, pierdes el sentido, no notas como te desangras en este espinar que es el caminar. Pero por el contrario, si habéis osado desafiar el sino, intentar volar a su trono, ser su igual, en un acto de insensatez, ¡Temedlo! Pues vuestro presente simplemente será un jarro de agua salada, de las lágrimas nunca derramadas.
Pero no sufráis por este gazapo herido, estaba escrito que su vía era oscura, sus tormentos su aliento, de esperanzas sus ropas pero de realidad sus desgarros. No hay piedras en el camino, el camino es fácil si sabes volar, pero al arrancarte las alas, no queda sino andar por este bosque de lágrimas, terreno de bestias, presa de miedos.
Y así cumpliendo mi destino, me sumo entre las sombras, esperando el hachazo final.
Postrado estoy sobre el yugo, esperando a que suenen los pasos de mi verdugo acercándose; de momento solo silencio, un sordo ruido, soy yo. El sonido de mi alma vacía, esperando que se digne a venir a darme el estoque final para que me termine de sumir en los sombras.
En este valle de lágrimas, terreno de bestias, presa de miedos, oigo como el hacha rechina desde las sombras.

Tiemblo
Lloro
Desaparezco.